LAS CUALIDADES DE
UN MINISTRO
“Y
vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis
llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis
sublimes”. Isaías 61:6
EL PROPÓSITO: El propósito del Señor es que seamos
íntegros, sujetos, obedientes a su palabra y las autoridades que el a puesto en
su iglesia, que seamos siervos espirituales, ungidos, capacitados, que estemos
dispuestos a pagar el precio de un ministerio para la gloria de El
EL
LLAMADO: Si tu ha sentido el llamado de Dios y has deseado pertenecer a algún
ministerio dentro de la iglesia donde te congregas, o ya perteneces a el, debes entender varias
cosas importantes que van a venir a darte sabiduría, visión, unción y dirección
de el Espíritu Santo para ser usado como
Ministro suyo. Por lo que debes de tener en consideración al menos estos
principios como requisitos elementales:
¿COMO
DEBE SER UN MINISTRO DEL SEÑOR?
I.- Un ministro del
Señor ama a Jesús con todo su corazón. Le preguntaron al Señor Jesús; maestro ¿cual es el gran mandamiento en la
ley?
Ø Jesús le dijo: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y gran mandamiento. y el segundo es
semejante: amaras a tu prójimo como a ti mismo. MATEO. 22:36,39.
Ø Y en Lucas 6:45 nos dice: el
hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el hombre malo,
del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón
habla la boca.
El siervo que ama al Señor no critica, no
blasfema, no anda en chismes, no juzga, no pelea, sino que es obediente y busca la unidad del Espíritu Santo en el cuerpo de cristo, se
duele cuando hay rebeldía o desobediencia porque tiene al Espíiritu Santo
y el Señor Jesús vive en su corazón.
II.- Un ministro del Señor
debe de atraer la Presencia del Señor
cuando ministra dando ejemplo de
una vida dedicada y consagrada al Señor, lejos de todo aquello que
contrista al Espíritu de Dios, como lo dijimos en el punto anterior
como son: los
pleito, las iras, las disensiones, los enojos, las contiendas y las divisiones, que
solo traen muerte espiritual, vergüenza y confusión a los ministerios. Pero
cuando somos rectos El promete lo siguiente;
Ø Entonces
me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y
me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Jeremías
29:12-13
Cuando vivimos una vida recta delante del Señor,
sin importar el lugar, el día o la hora, en el preciso momento que le invocamos
El nos responderá, porque no habrá nada en nosotros que impida que su presencia
no se manifieste.
III.- Un ministro del Señor
es sujeto siempre, esta bajo autoridad y ministra bajo autoridad. un ministro respeta a las autoridades
civiles, de gobierno y espirituales de la Iglesia, pues la obediencia en todos
los aspectos le traerá cobertura y bendición para su vida personal y
ministerio, ya que todo acto de rebeldía y de falta de sujeción no proviene de
Dios sino de Satanás. (Si alguien da muestras de no querer sujetarse debe ser exhortado con
amor y en caso de reincidir volver a ser exhortado y quedar bajo disciplina, y
si no entiende ni admite la diciplina debe ser dado de baja de los ministerios, pues es la muestra de un líder que no desea
ser pastoreado, que no es maduro ni su
corazon esta rendido completamente al Señor)
Ø En hebreos 13:15-17 la palabra
dice así; Así
que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la
ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada
Dios. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan
por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con
alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Ø Y en 1ra. de Cor. 16:16. dice
lo siguiente; Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que
ayudan y trabajan.
IV.- Un ministro del
Señor es considerado un siervo y debe de tener siempre un corazón dispuesto
para servir, predicando, ministrando, ayudando en los
quehaceres de la iglesia hasta en la mas sencilla tarea, ya que si en verdad
somos siervos debemos de tomar la enseñanza y el ejemplo del señor Jesús que
nos dice;
Ø “Porque
no será así entre vosotros, sino el que quiera hacerse grande entre vosotros
será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo
de todos Porque el Hijo del Hombre no
vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos”. Marcos
10:43-45)
En la escritura encontramos que los siervos
estaban consagrados en el templo ellos lo cuidaban, lo limpiaban, además
ministraban y llevaban al pueblo adorar a Dios, ¡¡que privilegio tenían!!
Los que se enseñorean sobre el liderazgo o la
congregación o sobre los discípulos que pastorean no hacen otra cosa que
mostrar falta de madurez, imponen su volunta con soberbia maltratando a la
viña, ¡esto no agrada al Señor Jesucristo ni le
glorifica! Sino que debemos conducirlos con amor y paciencia, enseñándoles y
guiándoles como a hijos, ¡¡ Pues un ministro tiene el Espíritu de Cristo!!
V.- Un ministro del Señor
debe de ser un adorador, además de
ser un siervo consagrado al Señor y tenerlo como estilo de vida, debe ser un
adorador no solo un simple músico que toque algún instrumento, que cante, que
dance, que enseñe o tenga cualquier otro ministerio en la iglesia.
¡Adóralo día a día!
¡Adóralo por su amor! ¡Adóralo por la vida ! ¡Adóralo por su poder !
¡Adóralo por su grandeza! ¡Adóralo por que El tiene tu vida en sus manos ! ¡¡¡
Adóralo porque el se lo merece y ÉL ES DIOS !!!
La
adoración es la máxima expresión de un siervo para su Señor, si en verdad le
amas ¡adóralo! con todo tu corazón.
VI.- Un ministro del Señor es un Intercesor, pues debe velar por su vida espiritual y por los que preside. Siempre
estar dispuesto para interceder por la obra y por el pueblo de Dios.
Ø En Joel 2:16-19 su palabra nos
exhorta lo siguiente: “Reunid al pueblo santificad la
reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga
de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el
altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a
tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se
enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su
Dios? Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. Responderá
Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis
saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones”.
Ø Y nos confirma su palabra en
1ra. de tim. 4:6 “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo,
nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido”.
Nadie que se llame ministro puede serlo solo de
nombre y sin oración, porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica. El siervo que no intercede su
vida será siempre estéril, será como la tierra donde nunca llueve, no producirá
nada, solo desierto y soledad espiritual, le faltaran las lluvias tempranas y
las tardías, y el hermoso roció de la mañana, que es el buscar al señor al
comenzar el día. No puede
dar nada porque no produce nada y porque no tiene nada.
VII.- Un ministro del Señor
debe de tener un corazón puro, limpio de pecado y de maldad, ya que si ministra en pecado o en rebeldía
contamina al ministerio y no es de Bendición a la iglesia, se convierte en
piedra de tropiezo al impedir que la presencia del Señor se manifieste con
libertad, y en vez de ser instrumento de Dios lo es de Satanás. ¿o no han
percibido frialdad en la iglesia después de una alabanza, de una predicación o
de un momento de oración?¿y no te has preguntado si la causa puedes ser tu? o ¿alguien del ministerio? Así que tu corazón debe de estar limpio para
poder ministrarle.
Ø dice su palabra en 2da. Tim 2:21-26 “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para
honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye
también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la
paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque
el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto
para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen,
por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y
escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
El pecado en nuestra vida siempre será un
obstáculo para recibir las bendiciones de Dios, y por lo mismo contaminamos el
campamento del señor, entonces Satanás
toma ventaja sobre nosotros trayendo frialdad y pereza espiritual a nuestra
vida y a la iglesia
VIII.- Un ministro del Señor debe de
vivir consagrado a Cristo, constantemente trabajando en la obra del
señor, debe de permanecer firme y creciendo en conocimiento, en doctrina, en
sabiduría, siendo de bendición y de
ejemplo a los demás. Pues la palabra dice:
Ø en 2do. de Crónicas. 29:31 “Y respondiendo Ezequías dijo: Vosotros os habéis
consagrado ahora a Jehová; acercaos, pues, y presentad sacrificios y alabanzas
en la casa de Jehová. Y la multitud presentó sacrificios y alabanzas; y todos
los generosos de corazón trajeron holocaustos”.
La consagración trae un compromiso con Dios, pero
al mismo tiempo el se manifiesta en todo lo que hacemos, el estar activos en su
obra nos traerá crecimiento, sabiduría y madurez, vale la pena vivir y servirle
al Señor.
IX.- Un ministro del Señor debe de
dar buen testimonio en todo lugar; sea en la Iglesia, en casa, en la escuela, en
el trabajo etc. Actuando siempre con rectitud, Ya que esto le permitirá que no
haya ningún estorbo para ministrar en donde lo lleve el señor.
Ø 1ra. Tim. 3:1 “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea”.
Ø 1ra. Tim. 3:3 dice también “no dado al vino, no
pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no
avaro”;
Ø Y termina diciendo; “no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del
diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera,
para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”.1ra.Tim.
3:6-7
Ø Dice el Señor Jesús; “Para que vean Vuestras obras y glorifique a vuestro padre celestial”
Somos cartas abiertas y por lo tanto nuestro
testimonio es importante para que reciban o rechacen el evangelio de Cristo, de
nosotros depende ser luz o tinieblas.
X.- Un ministro colabora en
la obra del Señor en todos los aspectos: a entendido que Dios lo ha llamado para
extender su reino aquí en la tierra, y puede integrarse en las labores de la
iglesia siendo un miembro o líder de un grupo familiar,
levantando y capacitando a otros dentro del ministerio donde Dios lo puso. Además de que esta apoyando a su pastor en la
visión de la iglesia ganando almas para Cristo y participando activamente en
los programas evangelístico de la misma. Me da tristeza la mentalidad de
algunos que ministran en las iglesias sea en alabanza, artes u otros, cuando el
pastor los llama para evangelizar lo primero que expresan " es que
ese no es mi ministerio", cuando el mandato principal del Señor es
"id y predicad el evangelio..."
Ø En Prov. 11:30 dice su palabra “El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es
sabio”.
Ø Y en marcos 16:15 Jesús les
dice a sus discípulos; “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura”
Por lo tanto Dios es el que nos ha llamado a su
servicio y nos hace responsable se su obra pues el lo confirma a través del
apóstol pablo en Hechos 20:28 el nos dice lo siguiente:
Ø “Por
tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha
puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su
propia sangre”.
XI.- Un ministro del Señor debe de tener la
Sensibilidad espiritual para ministrar además de tratar de resolver los problemas
que se susciten con sabiduría y con amor, un ministro lleno del Espíritu santo, Para
que cuando ministres lo hagas con libertad como buenos administradores y sin
estorbos para la gloria del Señor. Porque así como somos ministrados pasamos a
ser ministradores de su gracia, Su palabra nos lo dice de esta manera en:
Ø 1ra. de Pedro 4:10-11 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Ø 4:11 Si alguno habla, hable conforme a las
palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da,
para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
XII.- Un ministro del Señor
es fiel con sus Diezmos y ofrendas, no importa que no tenga un sueldo, ya sea
que trabaje o estudie, Dios siempre le
suplirá para sus necesidades, pero de lo que el Señor le da debe de apartar el
Diezmo y ofrenda para El. Porque es de bendición para su vida y ejemplo para la
iglesia. Su palabra nos dice que los diezmos son del Señor.
Ø Gen. 28:22 “Y esta piedra que he puesto
por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré
para ti”.
Ø Lev. 27:30 “Y el diezmo de la tierra, así
de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es
cosa dedicada a Jehová”.
XIII.- Un ministro del Señor da
ejemplo con su vida, con su servicio a Dios de darle con excelencia
toda la honra y la Gloria al Señor. Pues hay quienes se dicen ministros y solo
desean lucirse en forma personal, alimentando su ego y vanidad, creyéndose
mejor que todos los demás, y de esta manera están robándole con sus actitudes
la gloria que solo le pertenece a Dios. Su palabra dice en:
Ø (COLOSENSES 3: 23-24 “y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
señor y no para los hombres; sabiendo que del señor recibiréis la recompensa de
la herencia, y Porque a cristo el Señor servís”
Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni
el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el
crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque
cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios,
y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1ra.de cor.3:8-9
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo,
para recompensar a cada uno según sea su obra Apoc. 22:12 Jesucristo
Bendigo tu vida Ministro del Señor.