lunes, 4 de febrero de 2013

Los Peligros de los encuentros.



Los Peligros de los Encuentros
Con los Encuentros sucede lo mismo que ocurre con otras actividades que se realizan en la Iglesia con un propósito espiritual, de llevar y exponer a los creyentes a una experiencia de transformación y renovación espiritual, emocional y moral en sus vidas.  No obstante, como en otros casos, los procedimientos equivocados o/y modalidades distorsionadas de conducir dichos Retiros, entran en peligros cuyas consecuencias acarrean perjuicio y efectos negativos sobre esta actividad estratégica de fundamentar y consolidar en la conservación de los creyentes.
Los Encuentros desviados de la centralidad en Cristo, la Palabra de Dios, los principios de vida cristiana y de la sana doctrina; repercuten en peligros tales, como, confundir en lugar de aclarar; desviar en lugar de orientar; oscurecer en vez de iluminar; decepcionar en lugar de convencer; y desestabilizar en lugar de afirmar y consolidar.
Señalo a continuación los siguientes peligros:
1. El peligro de la ineptitud: La impericia pone en alto riesgo a las personas que necesitan y buscan respuestas a sus necesidades.
Quienes no saben el Por que, el Como, el Para que, el Cuando y el Donde de un Encuentro, son ineptos para conducir y ministrar el Encuentro.
2. El peligro de la inexperiencia: Todo inexperto lo es a causa de no haber vivido la experiencia de aquello que quiere impartir a  otros.  Es necesario que quien ministre en un Encuentro, antes haya participado de dicha experiencia y la haya asimilado en su totalidad.
3. El peligro de la imitación: Las imitaciones por muy bien intencionadas que estén no indican ni aseguran la capacidad para compartir lo que no se tiene ni tampoco se ha aprendido. Los imitadores han pretendido hacer sus Encuentros basados en haber escuchado de algún Encuentro realizado por alguien conocido, o haber oído testimonios de un Encuentro, e inclusive el haber leído alguna publicación de algún tipo de Encuentro.  Una imitación no pasa de ser eso.
4. El peligro de exposición equivocada a las personas no indicadas: El exponer personas con una previa experiencia y formación cristiana en conjunto con personas no convertidas o en el inicio de su experiencia de fe, al proceso del Encuentro, tiene un efecto contraproducente y negativo sobre los participantes, en ambos casos. El convertido con experiencia previa reaccionara, cuestionara y buscara reinterpretar el Encuentro en base a lo que entiende que sabe; y el no convertido o la persona en su etapa inicial de conversión pondrán en entredicho la enseñanza que esta recibiendo.  El Encuentro básico corresponde solo a personas no convertidas o en su etapa inicial de conversión.
5. El peligro de la mezcla de la enseñanza Bíblica con ideas y teorías filosóficas y psicoterapéuticas: La mezcla de las verdades Bíblicas con teorías filosóficas y elementos terapéuticos es una estrategia inapropiada y confusa cuya repercusión es contradictoria y negativa. Quienes apelan a tácticas seculares para tratar con la problemática espiritual, moral y emocional en el proceso del Encuentro, asumen que la Palabra de Dios no es suficientemente efectiva para ensenar, corregir, redargüir e instruir; y que el Espíritu Santo necesita de ayudas técnicas para obrar en la condición de la persona.

6. El peligro de recurrir a la manipulación psicológica y espiritual de las personas.  Toda forma de manipulación es inaceptable y reprochable en la ministración de la Palabra y los principios del Evangelio por quienes han sido comisionados a ministrar las necesidades espirituales, emocionales y morales de personas confiadas en sus manos. La Palabra de Dios es viva y eficaz; y el Espíritu Santo conoce lo que hay en el espíritu del hombre y escudriña las profundidades del ser.
7. El peligro de incurrir en inconsistencia bíblica y teológica en la exposición de los temas: La exposición de las verdades Bíblicas sobre la diversidad de asuntos que deben ministrarse a no creyentes o recién convertidos, debe estar en manos de personas capaces de mantener la consistencia bíblica y teológica en la enseñanza.  El caer en contradicciones en la exposición de un tema tocante a la vida espiritual y moral de las personas, pone en riesgo la credibilidad y confiabilidad de quien ensena.  Ningún neófito debe asumir responsabilidad tan seria. Quien es aprobado para ensena, además de no tener de que avergonzarse, debe trazar bien la palabra de verdad.
Bendiciones de Dios a tu vida¡¡¡¡
www.franciscojosemartinezg.blogspot.com

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