viernes, 10 de diciembre de 2010

La Cara horrible del diablo

LA CARA HORRIBLE DEL DIABLO

Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos. Números 10:9

No estamos hablando del diablito del juego de mesa mexicano llamado “La lotería”. Ahí pintan al diablo rojo, con tridente y cola de pico. Le ponen un bigotito de “Pierre” francés y hasta se ve como si fuera educado. El diablo ha sido representado históricamente de muchas maneras. Un ser con cara de hombre, pies de cabra; Un dragón con cuernos, volador; Una serpiente con plumas, Un macho cabrío. Se dice que los que sirven a Satanás tienen un código de señas por medio del cual se reconocen unos a otros.

Algunas sectas religiosas paganas tienen eso y más: lenguaje escrito en código, secreto. En fin estas manifestaciones por ser públicas e históricas son más o menos conocidas por todos. Una de las cosas que hacen los que sirven a Dios, es no hacer guerra con el diablo a menos que el diablo se presente a molestarnos. Dios no nos enviará a buscar el diablo donde quiera que este y luchar con él porque es una pérdida de tiempo: el Diablo tiene derecho de habitar el mundo porque ese es su reino, el es el príncipe de este mundo.

Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. Deuteronomio 20:1

Sin embargo, de vez en vez nos toparemos con esa serpiente antigua, el chanclas, Satanás. Yo lo he visto algunas veces en mi andar en el Camino. Una cosa si puedo decirte: se arrastra silenciosamente como una serpiente, cuando habla muerde. Satanás no es el diablito de la lotería, es algo mucho más ominoso que eso: Satanás es un espíritu que inyecta odio en las personas que lo habitan. Satanás es un espíritu, y describirlo como ciertos animales es simplemente una alegoría comparativa. La primera vez que lo vi estaba agazapado en un hombre que decía ser satanista.

Ese hombre y sus hijas adoraban al diablo. Yo operaba una librería y el buscaba libros de ocultismo. Cuando recién conocí y acepté a Jesús en mi corazón, lo primero que El puso en mi corazón es deshacerme de cualquier libro de ocultismo y no volver a vender ese tipo de cosas jamás.

Una vez la decisión estuvo tomada, este hombre vino a buscar libros de ocultismo y yo le dije: Nunca jamás volveré a vender libros de ocultismo: He aceptado a Jesús como mi Salvador personal y a Él no le agradan esos libros. –Imagínate- yo estaba recién nacida en Cristo y ni siquiera sé porqué dije eso. Lo que nunca olvidaré fueron sus ojos: un fuego inyectó los ojos y un odio espantoso, algo que jamás había visto o sentido antes, se manifestó a través de sus ojos: en ese momento me maldijo y echo una maldición a mi negocio.

Dentro de mí el espíritu Santo me dijo: No temas. Yo le contesté al hombre que aunque me fuera a la quiebra, ERA PREFERIBLE vivir pobre con Cristo que rica sirviendo a personas como él. Me maldijo de nuevo y se fue. Por varios días el recuerdo de sus ojos me perseguía. Un temor muy grande me invadió.

El asunto también me era a mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello. En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Me sobrevino un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos; Job 4:12-14

Después de aquel encuentro con Satanás, otros más vinieron, esporádicamente. Aunque debo reconocer que al verlo siempre se estremece mi carne con temor, inmediatamente el espíritu de Dios me susurra: “El temor no proviene de Dios.

Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo”. El león ruge y paraliza, pero en realidad es un gatito encadenado de una pata. Esa es la verdad. El chanclas puede rugir todo lo que quiera, pero no puede tocar a los hijos de Dios que están cubiertos por la Sangre de Cristo, sujetos a Dios, y su palabra.

Una vez que aprendemos esto, el poder de Satanás de atemorizarnos disminuye al grado que es como un recuerdo nada más. Mientras permanezcamos aferrados a los pies de Cristo, Satanás no puede tocar uno solo de nuestros cabellos.

Luego entonces, recurre a su siguiente estratagema:

Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos. Proverbios 6:16-19

Tal y como sucede en las telenovelas mexicanas, en las cuales podemos ver las manifestaciones de la carne en todo su esplendor: Cuando ves en una persona ojos altivos, escuchas que habla mentiras, que corre a hacer el mal, que además se presta por testigo falso para hablar mentiras y por último que siembra discordia entre los hermanos, lo que en realidad estás viendo es la horrible cara del diablo operando a través de un hermano: Jesús lo vio:

Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Mateo 16:23

¡Con que facilidad una persona sin escrúpulos puede esparcir mentiras contra los hermanos! Con que facilidad otros hermanos creen esas mentiras sin consultar primero a Dios. Esto también han visto mis ojos, innumerables ocasiones en mi andar por el Camino.

No hay nada más triste en verdad, ver a Satanás operando en los hermanos. Del mundo uno espera lo que sea. O no esperamos nada. Pero de los hermanos, lo mínimo que esperas es que estén alertas de las maquinaciones del diablo y que no sucumban ante ellas. Esto también es un error, nadie está exento de ser engañado.

¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Hechos 13:10

Los apóstoles lo vieron: Servir a Dios de alguna manera u otra, inevitablemente te pondrá en el blanco. A Satanás ni le importa el mundo, ni los cristianos tibios. Toda su poca energía que le queda, la usa en contra de cualquiera que esté sirviendo a Dios. Se nos opone cuando queremos escribir, se nos opone en áreas donde no tenemos el control, como trámites burocráticos, medios de comunicación, nuestras interacciones con el mundo ahí es donde el reina y puede oponérsenos.

Por lo tanto, bien haríamos en ser obedientes y orar sin cesar por cada acción que tengamos que hacer en el mundo, pues aunque no somos del mundo, vivimos en él y tenemos que darle al César lo que es del César.

Airaos, pero no pequéis;(A) no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. Efesios 4:26-27

Cuando Dios te muestra que entre el rebaño hay personas que viven en la carne y no están sujetos en obediencia a Dios ni su Palabra, ten mucho cuidado. Una cosa es ciertísima: en todos lados hay quienes dicen ser cristianos y no lo son. Y esos son los convidados favoritos del diablo.

En ellos brinca y mora, hace daño esparciendo rumores para después irse y dejar a la persona sumida en culpas pensando: ¿Porque dije o hice esto o aquello? Ni cuenta se dieron que el chanclas vino, los uso, y se fue. Lo más terrible de todo es el estado en que quedan estas personas, y nosotros si hemos sido víctimas de Satanás a través de estos "cristianos" nominales pero sin frutos, tenemos que orar pidiéndole a Dios que perdone a esta persona y no permita que Satanás vuelva a usarla contra los hijos de Dios jamás.

Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Lucas 10:17-19

Satanás hace mucho tiempo que cayó de la gracia de Dios, y no la ha recuperado ni la recuperará jamás. Jesús lo vio cuando cayó del cielo y fue lanzado a la tierra. Jesús nos reveló quien es y cómo opera Satanás no para que lo andemos buscando en todos lados, sino para que lo reconozcamos cuando se mete en el rebaño y estemos vigilantes y alertas y lo reprendamos y echemos fuera sin ninguna consideración.

Cuando cristianos tibios son usados por Satanás para esparcir divisiones celos y contiendas, los cristianos deben evitar en lo posible guardar resentimientos contra la persona, o hacer lo mismo que les han hecho a ellos.

Lo único que puede producirnos victoria en medio del caos es perdonar al ofensor, pedirle a Dios que no permita que Satanás use a esa persona en contra tuya ni de nadie, nunca jamás, para después tomar autoridad, reprender al diablo y ordenarle que se vaya de esa persona en el nombre de Jesús, y por ultimo orar para que Dios muestre la verdad a toda persona involucrada.

Al final de cuentas, solo los cristianos tibios son los que son engañados tanto por Satanás como por otros cristianos tibios. La horrible cara del diablo se manifiesta en odios y rencores, en los ojos de los altivos y orgullosos, en todos los mentirosos.

Estoy segura que tú le has visto también, en tu andar con Cristo te lo has topado y dentro de ti sentiste escalofríos, rechazo hacia la persona, cuando en realidad deberías sentir repulsión por el diablo, su obra y sus frutos.

Ahora ya te das cuenta que no necesariamente se aparecerá oliendo a azufre o vestido de rojo con su tridente en la mano. La serpiente astuta es tan pero tan sutil que se manifiesta por donde menos te lo esperas, y por donde más te duele.

El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. 1 de Corintios 5:5

He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Apocalipsis 3:9

Bendiciones de Dios para tu vida.

www.franciscojosemartinezg.blogspot.com

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